“SANA TU NIÑ@ INTERIOR”

Porque cuando fuiste niñ@ y tus padres, con la mejor intención del mundo, te exigieron, te sobreprotegieron o al contrario no cubrieron tus necesidades de amor, seguridad, confianza y reconocimiento, tu niñ@ creyó que era porque no era dign@ de amor, de confianza, y entonces se hizo responsable de ello.

En cada una de las etapas de nuestro desarrollo infantil se producen heridas sobre las cuales vamos fijando nuestro carácter, condicionando nuestras actitudes y nuestros mecanismos de defensa. Desarrollamos entonces una forma adaptativa de funcionar, alejándonos poco a poco de nuestro Ser auténtico.

Cristalizadas en el carácter, las actitudes evitativas del presente se sustentan en la creencia de que mediante ellas evitamos un dolor que en realidad ya pasó, puesto que íntimamente, seguimos considerándonos tan vulnerables como en nuestra infancia.

Sin embargo, tales conductas no sólo resultan obsoletas en el presente, sino que también nos originan estados de sufrimiento crónico. Es decir, por evitar displaceres a día de hoy fantaseados, nos instalamos y vivimos en estados de sufrimiento crónico real y presente. Por tanto, es la ignorancia sobre nuestra propia vida y sobre nuestras posibilidades reales lo que nos mantiene apegados a ese sufrimiento crónico.

Este estado de ignorancia mantiene una motivación deficiente y distorsionada que nos aboca a buscar el bienestar fuera de nosotr@s mism@s. Y nos lleva a buscar la llave de la salud donde no la perdimos.

Sólo re.conectando con esta niña, este niño que fuiste, ofreciéndole espacio para sentir y expresar, podrás atenderl@ desde el Yo adulto y hacerte cargo de esas heridas y necesidades no atendidas. De esta manera, podrás liberar tus creencias y tus miedos inconscientes a sufrir para poder relacionarte con el mundo desde un lugar más auténtico y libre.