Acompañamiento grupal. Procesos de transformación grupales.

Acompañamiento grupal

Procesos de transformación grupales

Lo que ofrezco:

Procesos grupales

de teatro transformador

Talleres

Intensivos y retiros

“TransformAndo”

"Mientras uno tema ser descubierto, no podrá reconocerse a sí mismo y estará solo. ¿Dónde podemos encontrar tal espejo, sino en el prójimo? Aquí en la comunidad uno puede descubrir quién es y dejar de verse como gigante de sus sueños o enano de sus miedos, y verse como humano que - siendo parte del todo - aporta al bien de todo. En tal base podemos echar raíces ; ya no solos - como en la muerte - sino vivos como humanos entre humanos”.

Richard Beauvais (1964)

Los espacios de transformación grupal son espacios seguros que nos permiten ensayar la vida, donde no existe una respuesta concreta ni una solución ideal. Cada uno encuentra la suya y le acompaño en ese viaje de autoconocimiento a través del grupo. Se trata de un espacio protegido para enfrentarse colectivamente.

En los procesos grupales, las personas participantes se convierten en las auténticas protagonistas. El grupo se nutre a partir de las problemáticas y los deseos individuales, que pasan a ser de ámbito social.

Viajamos desde lo particular a lo social y de lo social a lo particular.

Para ello, recurrimos a dos elementos de transformación muy poderosos.

En primer lugar, el cuerpo, el instrumento sagrado del que dispone cada persona. Nuestro cuerpo representa un vector de autoconocimiento, una brújula psicoemocional y nuestra mayor herramienta de transformación personal. El movimiento y la expresión, la voz, las emociones, los sentidos a través de los cuales percibimos el mundo interior y exterior, son cuerpo. Ponerlo en marcha es una de las mayores garantías de que funcione la indisociable combinación entre intelectualización, emoción y acción.

En segundo lugar, el grupo constituye un lugar de transformación social del que nos hemos ido desconectando e incluso protegiendo. Solemos vestir nuestras máscaras para salir al mundo y mostrarnos ante una sociedad que percibimos como hostil. Generando espacios grupales seguros, volvemos a crear comunidad, en la que podemos reconocernos, reconocer a l@s demás y sentirnos reconocid@s. Compartiendo desde nuestra autenticidad y desde un lugar más genuino, el grupo nos permite observar nuestros juicios y escuchar nuestros miedos, para volver a relacionarnos desde un lugar más libre. Se convierte entonces en un motor de cambio, donde existe un lugar para tod@s y para todo, donde cada un@ aporta al todo y donde encontramos fuerza para conectar con nuestros deseos más profundos.